Acariciando la piel de Lanzarote
Llueve y comienza el espectáculo. Caminamos por una isla mutante, que muda su habitual piel tostada por una hierba clorofílica. Las semillas aguardaban silenciosas la llegada de unas precipitaciones invernales que han pintado el campo de colores silvestres. ¿Te vienes a ver esta exhibición temporal de biodiversidad?
Si no supiéramos que es imposible, pensaríamos que los valles, los barrancos y hasta las juntas de los adoquines se han puesto de acuerdo para celebrar su propio Carnaval.
Estrenamos el año con un enero más lluvioso que la media habitual en estas latitudes. Unas molliznas (lluvias suaves y ligeras) empaparon la tierra haciendo posible que las arvejas plantadas en los arenados volcánicos estén ya listas para ser disfrutadas en un plato de cuchara.
Semejante regalo líquido ha pintado todos los rincones fértiles de Lanzarote de amarillos, carmesíes, violetas y unos verdes volcánicos tan intensos como los que brotan en Nueva Zelanda o Costa Rica.
700 especies diferentes de flores y helechos
No te confundas: Lanzarote es una isla árida pero tiene una biodiversidad extraordinaria. Carnosas, pequeñas, exuberantes, efímeras, perennes… Aquí te esperan 700 especies distintas de flores y helechos.
Para conocerlas mejor y saber identificarlas lo mejor es hacerse con un ejemplar de la Guía Visual de la Flora Vascular de Lanzarote, un trabajo de los ingenieros agrónomos Jaime Gil y Marta Peña, editado por la Oficina de la Reserva de la Biosfera del Cabildo de Lanzarote para celebrar los 25 años desde que la isla recibiera este título de la Unesco que acredita la especial relación que tiene una población con la naturaleza. Es un manual imprescindible si quieres saber el curioso nombre popular de cada especie, su hábitat, su época de floración, los usos tradicionales que tiene y su descripción botánica.
Merecen especial atención las plantas endémicas, esas que sólo se pueden encontrar aquí y nada más que aquí:
- La lengua de vaca viste de púrpura praderas enteras. Es una especie anual, cuyo color fluctúa entre el violeta azulado y el rosa. Verla en contraste con el terreguerío canelo al que estamos acostumbrados es una postal technicolor que impacta la retina.
- El tajasnoyo pasa bastante desapercibido al principio de su vida, pero cuando florece exhibe unos exhuberantes ramilletes amarillos que serían una localización perfecta para una película del estudio Ghibli.
- Para encontrar la Santa María salvaje hay que caminar por el norte de la isla, en concreto por los barrancos de Haría (Chafaris, Malpaso, Elvira Sánchez) o el Risco de Famara, buenos sitios para ver también el delicado tajosé , un tomillo salvaje de hojas rosáceas y fragantes.
- La tojía , también con aspecto de margaritón, es una especie lanzaroteña que lo mismo crece en una peña que en un malpaís.
- La acampanada flor de la chinipilla campa a sus anchas en el tabaibal del Malpaís de la Corona.
- La yesquera vive en afloramientos de basalto y su nombre obedece a su uso: se usaba para hacer fuego.
Estos días tenemos la oportunidad de admirar muchas más plantas florecidas: la palomilla que parece vestida de San Fermín, la abundante yerba cordero, las primorosas y blancas flores de la camellera, la explosión añil de la uvilla, las florecillas amarillas del relinchón cubriendo todo un valle…
En la Guía de Flora Vascular encontrarás un montón de referencias para poder identificar toda la belleza silvestre que verás durante estas fechas.
Educación ambiental: disfrutar… y respetar
Más del 40% de la isla de Lanzarote está protegida por la riqueza de su patrimonio natural, así que es muy probable que en tu caminata pases por zonas de especial protección de aves, sitios de interés geológico, monumentos naturales o sitios de interés científico.
¿Qué necesitamos para disfrutar al máximo del colorido campo de Lanzarote sin provocar perjuicios en el ecosistema? Aquí van nuestras recomendaciones:
- Procura estar pendiente de las señales de los caminos. Encontrarás cadenas y vallas que indican el comienzo de una finca agrícola privada.
- No te salgas del sendero porque sin darte cuenta puedes pisar una puesta de huevos o una especie protegida. Encontrarás postes de madera y mojones de piedra que marcan los caminos de pequeño y gran recorrido que atraviesan la isla.
- Lleva siempre contigo una bolsa de basura para depositar todos los desperdicios que generes durante la excursión. Las latas de refresco son una trampa mortal para pequeños insectos y reptiles. El plástico que abandones acabará deshaciéndose en fragmentos milimétricos que contaminarán tierra y mar.
- Vigila dónde llevas la mascarilla . Es tiempo de alisios, vientos bien conocidos por su potencia y su humedad, y la mascarilla que te has quitado para hacerte una foto tiene muchas probabilidades de acabar volando varias decenas de metros.
- Respeta la banda sonora de la naturaleza en la medida de lo posible. La música alta o los gritos constantes alteran la paz que encontramos al aire libre y tienen efectos perjudiciales sobre la fauna (que no la veamos no significa que no esté ahí).
¿Te has enganchado ya al maravilloso universo de la botánica lanzaroteña? Normal. Un consejo final para antes o después de tu paseo: navega por el Atlas Digital de Semillas de las Islas Canarias, un proyecto del Centro de Agrodiversidad del Cabildo de La Palma que contiene semillas de todas las islas del archipiélago.
Es ese directorio podrás ver con una lupa digital los ingeniosos mecanismos que tienen las plantas para dispersar sus simientes: alas, ganchos, plumas, espinas… Las plantas tienen mil y una formas para perpetuarse. Ya lo decía el matemático Ian Malcolm, interpretado por Jeff Goldblum, en Parque Jurásico : “La vida se abre camino”.