Año Nuevo, espíritu renovado: planes wellness y détox en Lanzarote
En Europa, el mes de enero es demasiado frío y desapacible. Por ello, hemos decidido empezar el año bajo el sol tranquilo de Lanzarote y La Graciosa. Ideamos el plan “año nuevo, vida nueva” con varias experiencias para renovar cuerpo y mente en nuestras mágicas islas durante tus vacaciones.
Fuera tensiones
Acabamos de aterrizar y ya sentimos que la brisa sanadora del Atlántico invade cada poro de nuestra piel. Lo primero que hacemos es instalarnos en el que será nuestro hogar en estas saludables vacaciones. Créenos, la planta alojativa especializada en bienestar de la Isla es inagotable. La expresión salute per aqua, herencia del imperio romano, rememora las legendarias termas con agua a distintas temperaturas en U-Spa Barceló Teguise Beach; Seaside Los Jameos Playa obsequia a sus clientes con acceso libre a sus instalaciones spa; y en La isla y el mar hotel boutique nos miman en su Gruta de las flores, entre otros establecimientos que puedes consultar aquí. Adiós, estrés; hola, bienestar.
Recargamos pilas al sol
En las islas, el astro sol es el que nos mantiene el tono vital alto y nos nutre de vitamina D todo el año. Nos sabemos privilegiados porque en pocos lugares del mundo podemos disfrutar del aire libre en pleno invierno. Probemos, pues, una clase de yoga en la playa o un baño en alguna de las calas y piscinas naturales que pueblan la costa. Para terminar, nos damos un homenaje gastronómico a base de pescados y mariscos en alguno de los establecimientos que miran el imponente risco. Tocamos el cielo.
Vida slow
Soltamos el lastre y nos zambullimos en la vida slow de Lanzarote. Tomamos la cámara de fotos, alquilamos un par de bicis y nos lanzamos a descubrir sin prisas los increíbles paisajes de la Isla, como el Parque Natural de los Volcanes, colindante a Timanfaya. Nos emocionamos con los colores únicos y las caprichosas formas volcánicas; o recorremos el paseo marítimo por el litoral desde Costa Teguise a Puerto Calero. Gorra, protección solar y una botella de agua es todo lo que necesitamos para realizar este paseo que nos funde con los elementos y el paisaje oceánico.
Cromoterapia en La Graciosa
Probamos, ahora, el poder sanador de la gama cromática del amarillo al anaranjado. Para ello, cruzamos el Río en ferry como si de un minicrucero de placer desde Órzola a Caleta de Sebo se tratase. Una vez en La Graciosa, la Isla sabia, el parque natural donde el turquesa de las aguas y la arena dorada en nuestros pies serán la única toma de tierra con la realidad. La isla es silenciosa, bella y armónica. Playas desiertas, ausencia de asfalto y frutos de mar recién pescados la conforman. Quizá nos olvidemos de quiénes éramos antes de llegar.
Gastronomía local
Si somos lo que comemos, degustar los alimentos lanzaroteños nos ayudará a conocer la idiosincrasia de una Isla célebre por su conciencia ambiental. Nos disponemos a descubrir los manjares kilómetro cero creados en el jable (sedimento marino milenario), en las cenizas volcánica, en la tierra mineralizada y en el mar que da sentido a la Isla. Nos aficionamos pronto al gofio escaldado (harina de maíz con caldo de pescado), las lapas, los pescados de roca, las papas arrugadas, la batata… Regamos estas delicias con los vinos magmáticos de la Denominación de Origen y lo hacemos en el paraje protegido de La Geria. Entre los olores, colores y sabores de este mágico entorno, nos sentiremos parte de la exuberancia natural que nos rodea.
- Estamos en una Reserva de la Biosfera
Lanzarote se toma muy en serio ser una Reserva de la Biosfera, la primera que englobó, en 1993, a todo un territorio insular y turístico. Con estos antecedentes, como visitantes nos comprometemos activamente con la demanda de actividades sostenibles. La buena noticia es que respetar los valores naturales, sociales y naturales de Lanzarote y La Graciosa es muy fácil. Basta con observar a la población local y seguir su estilo de vida en la naturaleza: deportes náuticos o al aire libre; caminatas por senderos de otro mundo, festivales de música en entornos oníricos… Sin duda, Lanzarote demuestra que otra forma de estar en el mundo es posible.
Un viaje consciente
El que viaja, cambia. Tras nuestra estancia, tenemos una sensación de renovación y paz mental que desearíamos que fuera permanente. Seguro que lo será, porque de Lanzarote se sale con una perspectiva consciente, algo en lo que este destino turístico fue pionero, antes de que existieran los conceptos “ecoturismo” o “vacaciones sostenibles”. Volvemos a nuestra ajetreada vida, pero con la mochila llena de sabiduría. Hemos experimentado en los Centros de Arte, Cultura y Turismo la simbiosis manriqueña del arte y la naturaleza, y hemos comprobado que es posible disfrutar al máximo de entornos naturales sin alterarlos. Volvemos sanados, relajadas, más humanos, más conscientes.