Baños de felicidad en las playas (casi) desconocidas de Lanzarote
Nos gusta nadar, nos dejamos pintar la piel por arena blanca y negra. Chapoteamos alegremente, cerramos los ojos y las cosquillas del sol y la brisa nos sacan una sonrisa. Sí, llega el momento playero. Aquí te mostramos algunas de las calas que nos devuelven el tono vital.
Playas de Papagayo
En el sur nos esperan aguas cristalinas al amparo del Monumento Natural de Los Ajaches, el territorio más antiguo de la Isla con 14 millones de años. Pasamos un día en estos tres kilómetros de costa, donde el término paraíso cobra todo el sentido. Este territorio completamente virgen, serpenteado de calas de unos 100 metros de longitud de fina arena blanca, es el tesoro del litoral sureño de Lanzarote.
La joya del conjunto es la playa de Papapago, una laguna cristalina, quieta y sin viento, que tranquiliza el cuerpo y el espíritu al contacto con sus aguas turquesas.
Pero hay más calas: Playa Mujeres antes era conocida como La Calera, porque allí se ubicaba un horno de cal. Otras conchas, como a veces llamamos a estas playas son El pozo, una piscina natural de arena rubia o Caleta del Congrio y Puerto Muelas, donde los practicantes del naturismo son bienvenidos. En el Caletón del Cobre el panorama visual es doble. La transparencia del agua permite apreciar los fondos casi irreales, practicando snorkel y en la superficie la mirada se topa con una vista de Fuerteventura e Isla de Lobos.
Para quienes aprecian la comodidad, en Playa de La cera o La cerita existen accesos a pie o bici, pero conviene llevar calzado cómodo y, sobre todo, protección solar e hidratación. También es posible acceder en coche por el camino perfectamente señalizado que se inicia al final de la zona de Las Coloradas.
A tener en cuenta: hay transporte regular desde Arrecife a Playa Blanca, y, en coche, deberás tomar la carretera LZ-2 en dirección sur. El trayecto no supera los 40 minutos. En la zona hay aparcamiento, pero los accesos a las calas son a pie. La entrada a las playas de Papagayo tiene un precio de 3 euros que se destinan al mantenimiento del espacio natural protegido.
Paseo sureño. Muy cerca de Papagayo se encuentra la localidad de Playa Blanca, antigua localidad de pescadores que conserva su esencia marinera en los restaurantes de la avenida marítima, muchos especializados en platos locales. Llévate un recuerdo de alguna de las tiendas y bazares del pueblo o pasea por el puerto deportivo Marina Rubicón, donde se ubican algunas de las tiendas más exclusivas de moda.
Pequeñas calas norteñas
En el norte de la Isla la sorpresa es la playa de La Cantería, muy conocida por los surfistas, por sus condiciones de viento y oleaje, aunque sus 300 metros de litoral resultan también perfectos si necesitas un día de desconexión.
La playa se encuentra en un espacio natural protegido a un cuarto de hora a pie desde Órzola, en dirección oeste, así que los vecinos la llaman “la playa de atrás”. Con marea baja, se abre una segunda cala en este tramo de arena dorada.
Nuestra propuesta es que hagas un pequeño hatillo con algo de queso de cabra de Lanzarote o unos higos, una gorra, mucha agua y el libro que nunca puedes acabar de leer. No hace falta más -ni siquiera traje de baño- en este rincón bellísimo, que está resguardado por el Risco de Famara y ofrece vistas a La Graciosa. La sensación de libertad es tan intensa que emociona.
Si la experiencia de calma y relax playero te crea adicción, el litoral norteño ofrece otros rincones donde puedes seguir ensalitrada o ensalitrado y, sobre todo, feliz. Cerca de Órzola, a menos de dos kilómetros, se encuentra el Caletón Blanco, una mancha de arena albina, con aguas tranquilas al socaire de la lengua de lava erosionada que le da forma.
Si definitivamente tu alma infantil se ha asilvestrado, al lado de Caletón Blanco están las pequeñas playas de Punta Prieta o la Caleta del Mojón Blanco. Recuerda siempre mantener una actitud responsable y alejada de riesgos para tu seguridad en estos espacios poco frecuentados del litoral.
Por cierto, estando tan cerca de Órzola, no puedes dejar de visitar este pueblo pesquero que mantiene todo el año un animado ambiente. Prueba las tapas de pescado local de las terracitas frente al muelle, mientras observas el ajetreo de los ferris a La Graciosa. De hecho, quizá te animes a dar un salto a la octava isla canaria, un ejemplo de comunidad sostenible, con calles de arena y un estilo de vida completamente integrado en la naturaleza.
El Barranco del Quíquere
A los isleños nos encanta improvisar un chapuzón en medio de la jornada. Por algo vivimos en un territorio rodeado de mar accesible casi desde cualquier punto del territorio. Uno de los enclaves más cómodos para ello es el Barranco del Quíquere, un precioso recodo marino, a tres kilómetros de Puerto del Carmen en dirección sur, que cuenta con su propia escalera de roca en uno de sus tramos más accesibles. Puedes acceder en bici o, si estás en forma, caminando. La vista desde la cúspide del acantilado es majestuosa. Aguas quietas y límpidas invitan al bañista a sumergirse en este paraíso acuático, con una enorme diversidad marina que también lo hace perfecto para el buceo. En el Quíquere no hay arena, sino piedras donde recostarse despreocupadamente. Créenos, no necesitarás nada más.
Para comer una de las ventajas de esta zona de baño es su proximidad a los núcleos turísticos de Puerto del Carmen, Puerto Calero y Playa Quemada. Elije cualquiera de ellos para reponer fuerzas en alguna de sus terrazas frente al mar.
Manual del bañista sostenible
Lanzarote es una Isla comprometida con la conservación del entorno y el disfrute respetuoso con el medio. Jamás abandones residuos en la playa ni arrojes objetos o restos al mar. No tomes piedras u otros elementos naturales ni modifiques la estética del paisaje. Procura, asimismo, evitar la contaminación acústica. No molestes a la fauna ni deteriores la flora de arena (psamófila). Si encuentras un animal herido, avisa en el teléfono de emergencias 112. Recuerda que las mascotas no están permitidas en estas playas. Protege tu piel (siempre) con cremas solares respetuosas con el medio marino. Todo ello redundará en la calidad de tu experiencia playera.