Bitácora para navegantes: cómo disfrutar Lanzarote y La Graciosa desde un barco
Poner un pie en cubierta es traspasar el umbral de otro mundo. Otra ley. Otra temperatura. Otro ritmo. Adiós tierra, hola mar. Nos embarcamos para conocer la isla desde la costa, refrescados por la brisa marina.
¡Ah del barco! ¿Hay alguien?
Sí que hay: un patrón curtido en unas cuantas horas náuticas y una tripulación cualificada que funciona ágil y coordinada como el mecanismo de un reloj suizo.
La isla de Lanzarote ofrece una amplia variedad de actividades marítimas en diferentes embarcaciones. ¿Eres de mar adentro? ¿El mismísimo capitán Ahab? Sea cual sea tu experiencia de navegación (nula o veterana), encontrarás tu sitio a bordo.
Excursiones para gente con los pies en la tierra
Nuestra única labor en esta aventura será preparar la mochila: bañadores, gafas y tubo, cholas (chancletas), ropa fresca, gafas de sol, protección solar, toalla, una gorra y un jersey. ¡Hecho!
La guagua (autobús) nos recoge en nuestro alojamiento para llevarnos hasta el puerto. Pisamos el pantanal por primera vez. Emoción máxima. Subimos por la escalerilla y exploramos el que será nuestro hábitat durante las próximas cinco horas: un catamarán de veinticinco hermosos metros de eslora, once metros de manga y una vela que si se desplegara en su totalidad mediría algo así como la mitad de una cancha de baloncesto.
¿El destino de la travesía? Pueden ser las cristalinas aguas de la punta de Papagayo, en el extremo más meridional de la isla, o La Graciosa, con parada en la espectacular playa La Francesa .
Si hay un pez que no conseguimos identificar o un detalle de la geografía costera sobre el que queremos saber más, consultamos a la tripulación. No está de más recordar que estamos surcando la Reserva Marina más grande de Europa y bordeando el litoral de un territorio que ‘brotó’ del mar hace quince millones de años.
Navegar por la isla nos permite ver otra de sus caras: el pie de sus acantilados, calas inaccesibles, las formas y los farallones que han contemplado navegantes africanos y europeos a lo largo de los siglos.
Alquiler de barcos para grupos
¿Y si somos más de diez personas con ganas de pasar una jornada en el mar? Las opciones se amplían. Encontraremos embarcaciones más pequeñas con opción de contratar tripulación y catering para que sólo tengamos que dedicarnos a disfrutar y conocer las maravillas del medio marino conejero.
Algunas excursiones para grupos pequeños ofrecen un montón de actividades a bordo: yoga, nociones de navegación, cómo hacer distintos tipos de nudos marineros, paddle surf, kayak, snorkel…..
Contemplamos el paisaje, nos tendemos en las redes para otear delfines mientras el spray marino nos acaricia la cara, fondeamos, nos bañamos decenas de veces y compartimos la experiencia comiendo y bebiendo a bordo.
¿Dónde hay que firmar para hacer esto una vez al mes?
A tu aire: navega en tu propio barco
Un área de navegación idílica. Dominada por los vientos alisios. Sin huracanes. ¿Te has planteado conocer Lanzarote navegando?
La isla tiene tres puertos deportivos: Puerto Calero, Marina Rubicón y Marina Lanzarote, donde podrás amarrar el yate, el velero o la embarcación que hayas alquilado a la medida de tus necesidades. Las hay con cubierta de teca, escalera de baño, cocina perfectamente equipada y características técnicas que satisfacen los deseos de cualquier navegante.
Es bueno saber que podemos contratar un ‘todo incluído’ y olvidarnos de pagar las tasas de atraque o de la necesaria limpieza final del barco.
Nos gusta navegar, pero estamos de vacaciones.
¿Y si aprovechamos para hacer un curso de manejo de yates y adquirir más experiencia? La formación no está reñida con el disfrute, más bien al contrario. Las empresas nos facilitarán estas actividades, así como un mapa para que disfrutemos de las delicias locales que brinda Lanzarote: restaurantes con productos kilómetro cero, museos y un largo etcétera de sitios de interés que veremos mientras nos alojamos en nuestras cabinas, mecidos por la mar.
Tour culturales navegables
Veinte días navegando por Canarias: más de quinientas millas náuticas de placer y actividades culturales guiadas por expertos en navegación y en el patrimonio de las islas. Es tan bonito como parece.
Hay empresas que maridan la navegación con el slow food y el turismo cultural. Son las que nos permiten fondear en lugares mágicos, visitar las bodegas de La Geria, hacer una excursión comentada a las salinas de la isla y comprender los paisajes con mayor interés vulcanológico.
Estos tours suelen organizarse en los meses de septiembre y octubre, con tiempo de bonanza y calmas, y abarcan las ocho islas canarias. Si lo tuyo es navegar y quieres conocer los entresijos culturales de las islas, este es un plan perfecto.
Estrena ya tu bitácora informándote de todas las opciones navegables que encontrarás en Lanzarote y atiende lo que dijo una vez el matemático William George Ward: “El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas”.
La mar, esa gran escuela. 😉