«Mi experiencia en Lanzarote» una crónica de Lovely Viajes
Tenía muchas ganas de conocer Lanzarote y es que cuando todo el mundo te habla bien de un sitio, algo debe tener, ¿no?
«Es como viajar a Marte»
«ya verás como no te va a recordar a nada que hayas visto antes»
«los contrastes de la isla son preciosos»
…me decían. Yo pensaba que era casualidad, pero no, se conoce cómo ‘el efecto Lanzarote’ y lo traes puesto.
Lo que más me chocó a primera vista es el paisaje tan singular que te encuentras y los contrastes de color que se van sucediendo entre el picón (la tierra negra de origen volcánico) el intenso azul del cielo y del mar, el verdor de plantas como las suculentas, el cactus, y el aloe y finalmente el blanco encalado de las fachadas. Un baño de colores increíblemente seductor para la vista y al que te acostumbras fácilmente.
Lanzarote es de esas islas que trasmiten paz, calma y serenidad para el alma… ¿Será porque se ha respetado el paisaje y la energía que emana de la naturaleza está en equilibrio con el hombre? Quién sabe… Lo cierto es que gracias al respeto que se ha tenido con el paisaje y la identidad cultural, en 1993 Lanzarote fue declarada reserva de la biosfera por la UNESCO.
Uno de los responsables de que la isla todavía mantenga esa esencia tan auténtica es el artista César Manrique, quien con obras como los Jameos del Agua, el Mirador del Río, o el Jardín de Cactus supo integrar el paisaje en la arquitectura respetando por encima de todo el entorno y creando no solo una estética, sino todo un símbolo de defensa del territorio.
¿Sabías que según se refleje la luz la isla se muestra de manera diferente? Por eso cualquier época del año es buena para hacer una visita. Si todavía no lo has hecho, te animo a disfrutar Lanzarote y que descubras con los 5 sentidos las singularidades y secretos que esconde este paraíso canario. Pssss, Pssss… En mi post titulado «10 must-see en Lanzarote» te desvelo algunos imprescindibles. Después de leerlo ¡no vas a poder resistirte!