Navidad bajo el sol de Lanzarote
Si lo tuyo no es el frío ni siquiera en estas fechas navideñas, estás de enhorabuena, porque en Lanzarote no bajamos de los 20 grados y celebramos estas fiestas al aire libre.
Así que no olvides el bañador al embarcarte rumbo a unas navidades que, salvo por el belén, los dulces típicos, la música tradicional y el disfrute con los seres queridos, serán distintas a cuantas hayas vivido antes.
Cálzate los esquíes… náuticos
Existe en la isla una tradición que homenajea su paisaje y entorno singulares: decorar una higuera como árbol de navidad. Este guiño a lo autóctono de Lanzarote no es el único.
Las fiestas son época de truchas (empanadillas) de batata o almendra, ranchos de pascua (grupos musicales), belenes monumentales, mercadillos y encuentros fraternales muchas veces a la orilla del mar. Y es que la navidad es una época ideal para disfrutar del agradable invierno de la isla.
No olvides la toalla y la visera y disfruta sin prejuicios del sol y el mar, de aguas frescas y vivificantes. Las playas tranquilas y familiares que serpentean pueblos costeros como Playa Honda, Playa Blanca o Puerto del Carmen están habitadas estos días por Papás Noel de arena.
Cambia los esquíes de nieve por los acuáticos y disfruta de la interminable oferta de deportes náuticos para todos los niveles que tienes al alcance de la mano. Si eres novel, acude a un bautismo de buceo o una clase de windsurfing. Estamos convencidos de que la experiencia será un auténtico regalo de vida.
Llévate un trocito de Lanzarote
En navidad, los mercadillos de Lanzarote se llenan de productos locales y artesanos. Llévate algo de su magia atrapada en una botella de vino con denominación de origen, en los tarritos de mermeladas de frutas locales como breva, naranja o higo indio, en los quesos de cabra o en una caja de mantecados elaborados de forma artesanal con la receta de las abuelas.
Arrecife, la capital de la isla, te tiene preparadas unas cuantas sorpresas detro de su programa de actividades navideñas. Podrás visitar su mercadillo navideño, hasta el 5 de enero en el Parque Ramírez Cerdá, con vistas privilegiadas al mar y a los monumentos de la avenida marítima. El programa incluye el musical Navidalia el 22 de diciembre a las 17.30 horas, para todos los públicos. Aprovecha también para hacer compras y tomar un refrigerio en las calles del centro o en el Charco de San Ginés. Esta pintoresca ensenada, plagada de terrazas con cartas para todos los paladares, es el lugar ideal para reponer fuerzas después de una jornada de compras.
Si visitas los mercadillos de Haría o Teguise, añadirás a la experiencia una inmersión en la arquitectura tradicional. El pueblo de las Mil Palmeras tiene una animada plaza que se inunda cada mañana de sábado de productos artesanales y agrícolas de las explotaciones locales. En cuanto a la Villa de Teguise, su mercadillo dominical es cita obligada para quien quiere llevarse un recuerdo autóctono. En los más de cuatrocientos puestos instalados en el conjunto arquitectónico histórico-artístico se encuentran desde productos agrícolas de cercanía a manufacturas artesanas y hasta obras de artistas locales.
Experiencias imprescindibles entre volcanes y belenes
La isla, por su propia naturaleza, ofrece todo el año multitud de experiencias didácticas. La gente menuda se introducirá sin esfuerzo en la vulcanología, la espeleología o la botánica en la Cueva de los Verdes o el Jardín de Cactus, tesoros lanzaroteños que causan la admiración del mundo. No olvides que los Reyes Magos parten de las Montañas del Fuego en sus camellos y allí recogen cada 5 de enero las cartas de los niños y niñas, antes de su partida a los cinco continentes.
Si lo que buscas es una velada cultural y gastronómica sorprendente, tu destino es los Jameos del Agua. La cueva volcánica se convierte en burbuja de mágica irrealidad cada viernes, en sus Noches de Jameos. El impresionante auditorio, diseñado por César Manrique en un tubo volcánico, también mantiene una nutrida programación escénica.
Pero la experiencia imprescindible en estas fechas es la visita a los belenes monumentales de muchos pueblos. El de Yaiza, en la Plaza de los Remedios, es un trabajo artesanal donde se recrean espacios emblemáticos como las Salinas de Janubio o las Montañas del Fuego, con géiser incluido. El de Tinajo, en la Plaza de San Roque, cobra vida cada 25 de diciembre, con una representación en la que participan los propios vecinos y vecinas y que se ha convertido ya en una tradición.


Música tradicional y villancicos en la “Navidad Isleña”
Después de tantas emociones, posiblemente desees terminar la jornada con una velada tranquila y entrañable escuchando melodías tradicionales de estas fechas y villancicos populares. Lanzarote es una isla musical y custodia celosamente sus muchos estilos. Uno de ellos es el rancho de pascua, la más antigua manifestación musical canaria, que se recupera con conciertos por toda la isla en el evento Navidad isleña.
La plaza de Haría es un precioso rincón para asistir al concierto del Rancho de pascua de Tías, el sábado, 17, coincidiendo con el mercadillo. Si prefieres los pasacalles, Playa Blanca prepara un rancho callejero la tarde del día 20 en la zona comercial; y el teatro de Tías acoge la actuación de la histórica asociación Acatife, el 30 de diciembre.
Una forma de conocer esta tradición musical en su entorno natural es asistir a un concierto en la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, patrona de la isla, en Mancha Blanca (Tinajo), donde actúa el Rancho de pascua de Haría, el 23 de diciembre.
Las voces se unen a panderos, timples, espadas o guitarras para cantar villancicos canarios, como el compuesto por Benito Cabrera, convertido en emblema, que habla de la fraternidad de las islas: “Vamos, cantemos, somos ocho sobre el mismo mar. Siente el latir de un solo pulso, llegó navidad”.