Otoño en Lanzarote con sabor a pesca y tradición
La riqueza marina de nuestra Isla atlántica se despliega en los meses de otoño, convirtiendo de nuevo a Lanzarote en un paraíso sostenible, esta vez de la pesca artesanal. La sociedad isleña lleva en su ADN esta actividad ancestral. Echa mano de tu caña y toma nota de estos 5 consejos para una inolvidable inmersión en una cultura marinera.
Recorre los pueblos de la costa
La tradición pesquera se remonta a los años de la conquista de la Isla y, por ello, la imagen de los pescadores serpenteando la costa forma parte del paisaje. ¡Cómo nos gusta disfrutar de nuestras aficiones en los entornos mágicos de Lanzarote!
Especialmente si nos visitas en otoño, trae tu caña y prueba suerte en el litoral de pueblos poco explorados, como Playa Quemada, donde disfrutarás de vistas a Fuerteventura mientras esperas a que pique alguna dorada o lubina. En Playa Blanca, la combinación de arena y roca en la costa atrae a las caballas y cabrillas. En esta localidad sureña, además, podrás aprender a preparar el pescado local tal como se hace en los restaurantes de su animado paseo, frente a la playa.
Si estás en la costa norte, madruga un poco y mézclate con los aficionados de La Santa. Si hay suerte, te llevarás en la cesta una sierra (bonito común de la familia Scombridae). El pueblo, que acoge una de las infraestructuras deportivas más completas de Europa, ha dado nombre a los camarones soldados (“gambas de La Santa”), que se han convertido en el marisco estrella de muchas cartas isleñas.
Ya en el sur, el pueblo de El Golfo ofrece una espectacular experiencia de pesca artesanal, al situarse en aguas abiertas. Si quieres probar las exquisitas cabrillas, este es tu sitio. Eso sí, presta mucha atención a las corrientes. Y, si prefieres “pescar” el producto directamente del plato, en El Golfo te esperan los productos más frescos, ya que los barcos regresan a puerto en pocas horas. Los pescados de roca o los caldos de pescado (pide una pella de gofio escaldado) son exquisiteces difíciles de olvidar.
Ya en Puerto del Carmen, existe un rincón marinero por excelencia, que es la propia plaza del Varadero, en el núcleo histórico de La Tiñosa, donde se encuentran tanto la antigua cofradía de pescadores como la nueva, con su restaurante con vistas al muelle donde probar las reinvenciones del excepcional producto del mar.
Visita Arrecife, la capital marinera
Hasta hace apenas unas décadas, Arrecife acogía el 90% de toda la flota sardinal de España, lo que determinó su ritmo y estilo de vida. Hoy en día, persisten en la ciudad muchas tradiciones heredadas de aquel pasado marinero, como Los Buches, unos personajes enmascarados que nos persiguen en los carnavales para arrearnos con vejigas de pescado curtidas e infladas. También permanece intacta la sabiduría de los oficios del mar, que atesoran los carpinteros de ribera y los comerciantes de la zona de Puerto Naos, que siguen en activo gracias a la actividad que desde hace unos años se ha iniciado en el puerto deportivo Marina Lanzarote: un varadero para superyates.
También el bellísimo y kilométrico paseo marítimo de Arrecife suele ser frecuentado por pescadores que esperan pacientemente a que piquen brecas o bocinegros, dos de los manjares habituales de esta parte de la costa, aunque en realidad toda la ciudad nos sumerge en una atmósfera marinera. Un aficionado o aficionada a la pesca será feliz recorriendo el que se llamó el Puerto del Arrecife: la plaza de Las Palmas, donde se erigió la iglesia al patrón San Ginés (cuya imagen pintada en una tablilla fue traída por la marea); el Pasaje del Aguaresío; la Escuela de Pesca, instituto marítimo pesquero que es un referente de la arquitectura de los años 60, o la pintoresca ensenada del Charco, donde fondean las barquillas de los vecinos.
No te vayas sin probar en alguna de las muchas terrazas del Charco, los legendarios bocatas de pescado rebozado o las tapas de los productos del mar. Créenos: no saben igual en ningún otro lugar.
Marida gastronomía y paisaje
Nuestra tercera propuesta es, literalmente, comer y beber el paisaje único de Lanzarote. Si te interesa profundizar en la gastronomía local, la web de Saborea Lanzarote ofrece una guía perfecta de productores y distribuidores de fruta, verdura, legumbres, quesos, mermeladas, sal marina, pescado, vino, cervezas artesanas y otros productos locales. Pero, si es tu primera vez, te recomendamos un enyesque (picoteo) en la Casa Museo del Campesino, a base de quesos y gofio, papas con mojo, croquetas de corvina o tortilla de cherne o unas tapas de nopal del brunch del Jardín de Cactus.
No puedes olvidarte de la estrella de los cultivos de El Jable, la batata, de la que también se hacen postres que nos llevan a otro nivel de percepción del gusto. Prueba las propuestas del restaurante del Castillo de San José y no olvides incluir en tu feliz almuerzo los vinos magmáticos de La Geria, un paisaje vitivinícola sin parangón en el mundo. Como ves, en Lanzarote la experiencia gastronómica abarca los cinco sentidos. No es magia. Ven a comprobarlo.
Escápate a La Graciosa
Si hablamos de mar, salitre y pescado, estamos definiendo a La Graciosa, la octava isla canaria, que simboliza como ninguna otra el acervo marinero. En nuestra querida isla chinija (pequeña) se pesca, se bucea, se navega y se marisquea, siempre dentro del orden y la cantidad que establece la ley en este delicado ecosistema (nos encontramos en un espacio declarado parque natural y reserva marina). Lo mejor para disfrutar de la atmósfera única de la isla es ceñirnos la sombrera típica, descalzarnos y ponernos en manos de quienes saben: la gente de La Graciosa.
En cualquier restaurante te recomendarán el pescado del día. Durante décadas, la población graciosera canjeó sus capturas por otros productos básicos en Lanzarote. Las mujeres atravesaban el Río y bajaban el risco de Famara con el pescado en cestas sobre su cabeza, para intercambiarlo en los pueblos del norte, como Máguez o Haría. Las islas hermanas no quieren olvidar este pasado y la bajada del Risco se ha recuperado recientemente, en homenaje a las gracioseras, como una jornada festiva y de encuentro.
Realiza una pesca artesanal responsable
Como el resto de las actividades en la naturaleza, la pesca en Lanzarote está perfectamente regulada. En el caso de la pesca tradicional, se permite el uso de una embarcación pequeña, con la que alejarse pocos metros de la costa y las técnicas y aparejos permitidos son los tradicionales canarios: línea de mano, caña, volantín o potera. Recuerda que, en estos meses, el mar varía su oleaje y estado, por lo que debes tomar precauciones: llevar siempre calzado adecuado y contar con una fuente de iluminación.
Si deseas dar un paso más y lanzarte a la pesca de altura, en los puertos deportivos Marina Rubicón y Puerto Calero podrás acceder a todos los servicios necesarios. También en esta actividad deportiva Lanzarote es pionera y participa de programas de conservación como el método de marcaje y suelta de picudos.
¡Buena pesca!