Ritos de otoño en Lanzarote: La Noche de los Finaos
En Lanzarote, celebramos el Día de Todos los Santos y la víspera con castañas, relatos y tradiciones propias que se enmarcan en nuestra Noche de los Finaos. Si nos visitas este otoño podrás compartir esta tradición ancestral con el añadido de hacerlo con el mejor clima del año.
Castañas y relatos: La Noche de los Finaos
No es ningún secreto que el otoño transforma la Isla. Es una época de vientos suaves, cielos limpios y, en las fechas cercanas al Día de Todos los Santos, de aroma a castañas asadas, memoria y tradiciones. Claro que en la Isla tenemos calabazas (uno de los cultivos más característicos de El Jable) y disfraces (nuestro espíritu carnavalero dura todo el año), pero nuestra costumbre en estas fechas es celebrar la Noche de los Finaos.

Entre finales de octubre y principios de noviembre dedicamos nuestros pensamientos a quienes ya no están a través de relatos, música, productos de temporada y encuentros comunitarios. Es la ocasión de saborear higos secos o vino dulce (el naturalmente dulce es el rey de los certámenes internacionales), mientras asistimos a alguna de las representaciones callejeras que recuerdan viejas historias de fantasmas en nuestros pueblos y calles.
Arrecife: relatos en el corazón marinero
En los últimos años, la tradición narrativa se ha convertido en una oportunidad de acercarse a los mitos y leyendas de la Noche de Finaos a través de representaciones teatrales que se realizan en marcos tradicionales.
Arrecife, por ejemplo, convierte cada 31 de octubre sus calles marineras y rincones como el Castillo de San Gabriel (Museo arqueológico) o La Recova Municipal en escenario de las dramatizaciones, cuentacuentos, conciertos de música tradicional y degustación de productos típicos. Esta noche tan especial para nuestra comunidad es la perfecta para perderse en las callejuelas cercanas al Charco de San Ginés, donde todavía se recuerdan historias de ánimas y fantasmas que son ya acervo histórico.
San Bartolomé: tradición en el corazón agrícola
San Bartolomé es uno de los núcleos isleños que celebra la festividad de Todos los Santos y la víspera, con representaciones teatrales que recorren sus calles históricas y monumentos arquitectónicos. La señorial Casa Ajei suele acoger una representación teatral cada 30 de octubre.
Este municipio, con fuerte arraigo agrícola, invita a una inmersión costumbrista, ya que conserva casi intacta la esencia de la vida rural de otras épocas. Si decides participar en sus celebraciones, nuestro consejo es que te empapes de etnografía local en el Museo Tanit, donde se conservan objetos, fotografías y documentos históricos de la vida cotidiana.

Por cierto, muy cerca del pueblo de San Bartolomé está la Casa Museo del Campesino, creado por César Manrique para rendir homenaje a las personas trabajadoras del campo. Si estás en Lanzarote en la semana de Todos los Santos, quizá puedas participar en alguno de los talleres o degustaciones de cocina tradicional que suelen organizarse.
Y, si te gusta la cultura del vino, las bodegas del Paisaje Protegido de La Geria realizan determinados días de estos meses otoñales actividades como catas de malvasía volcánica, visitas guiadas por los viñedos en picón o talleres de vendimia.
Femés: leyendas entre montañas
El pequeño enclave de Femés, en el municipio de Yaiza, celebra la Noche de los Finaos con chocolate caliente, talleres infantiles, teatro al aire libre y parrandas canarias. Sin embargo, lo que hace especiales estas celebraciones es su ubicación en pleno Monumento Natural de Los Ajaches.
Apuesta por esta experiencia cultural en un paisaje absolutamente espectacular. Puedes apuntarte a alguna de las rutas de senderismo más bellas de la Isla, que serpentean montañas hasta llegar a la playa de Papagayo. Sí, Lanzarote siempre logra complacer a quienes lo quieren todo: naturaleza, tradición y leyenda.

Cementerio Viejo de Teguise: patrimonio funerario
Cada 1 de noviembre, la costumbre de visitar los cementerios se renueva en Lanzarote. Si estás en la Isla, ven a conocer uno de los espacios más emblemáticos de nuestro arte funerario: el Cementerio Viejo de Teguise, inaugurado en 1814, cuando la villa aún era la capital. Aunque ya no acoge enterramientos, su valor patrimonial lo convierte en parada obligada, ya que fue reconocido en 2017 por la entidad Adiós Cultural Mejor Cementerio y Mejor Iniciativa Ambiental.
Pasea dentro de sus muros blancos -que contrastan con el paisaje volcánico- y explora los panteones y tumbas donde descansan miembros de las antiguas familias nobles de Teguise, como Bethencourt, Herrera o Perdomo, y personajes ilustres de la Villa, que no han sido pocos a lo largo de la Historia. La mejor forma de conocer el estilo de vida de estas personalidades es entrar en las que fueron sus casas y templos, como el Palacio Spínola y el Convento de Santo Domingo. Y, si es domingo, no te pierdas el mercadillo de Teguise, uno de los más populares de Canarias.
Una lápida volcánica para César Manrique
Una bonita forma de celebrar el Día de Todos los Santos en Lanzarote es visitar la tumba de César Manrique en el cementerio de Haría. El Valle de las Mil Palmeras fue el lugar elegido como última residencia por el genio que transformó la Isla en un armónico lienzo de arte y naturaleza. La tumba emociona por su sencillez, apenas una losa de piedra volcánica custodiada por una palmera, un cactus y otras plantas que han ido creciendo desde la muerte del artista en 1992. Un gesto coherente con su filosofía de integración con el entorno que propugnó en vida.

Perderse por el municipio de Haría ayuda a entender el amor que César sentía por este rincón tan genuino y vital. El mejor sitio para experimentar la apacible vida norteña es el mercado artesanal de los sábados, un recoleto encuentro de productores y vecinos que alegra el alma y conecta con la esencia de esta comunidad.
Este otoño, ven a conocer nuestros ritos y deja que los Finaos te cuenten nuestra historia.