Semana Santa en Lanzarote: diez planes que querrás repetir
Elige cultura, sol, paseos, deporte, playa y gastronomía para tus vacaciones de primavera
Si crees que es imposible olvidarse de todo en unas vacaciones cortas es que no conoces Lanzarote. Te proponemos diez planes de Semana Santa que incluyen playa, deporte, paisaje, salud o gastronomía. Ven sin compañía, en grupo o en familia: la desconexión está garantizada.
1 – Baños de sol y mar
Reconócelo: después de meses de rutinas urbanas y bajas temperaturas solo sueñas con tumbarte sobre la arena, bajo el sol primaveral, al arrullo de las olas y la brisa marina. En Lanzarote las playas son tantas y tan kilométricas que te sentirás dueña o dueño de paraísos como Playa Grande, Famara, Papagayo o Caletón Blanco. Elige tu rincón y sé Robinson Crusoe en la inmensidad atlántica.
2 – Ruta de vinos entre volcanes
Si vienes con amigas y amigos, La Geria ofrece las mejores veladas en alguna de sus bodegas. La conversación fluye mejor ante este paisaje vinícola único en el mundo, con un vino de uva malvasía volcánica. En la ruta se encuentra el Museo de Bodegas El Grifo, las más antiguas de Canarias, cuyo lagar cubierto se edificó en 1775. Visita sus peculiares “chabocos” de moscatel, agujeros en la capa de lava, que esconden antiguos parrales, alguno del siglo XIX.
3 – Paisajes norteños
La diversidad paisajística de la Isla y sus perfectas dimensiones nos permiten cambiar de continente y estación en unos minutos. En primavera, el norte se inunda de flores o se alfombra de verde, como ocurre en Haría, en el valle de las mil palmeras; y en Guatiza y Mala con las tuneras (Opuntia ficus-indica), cactus productores de cochinilla que cubren grandes extensiones de terreno. En la misma ruta norteña se encuentra una de las joyas de Lanzarote, el Jardín de Cactus, diseñado por César Manrique, y que reúne nada menos que 4.000 especies, algunas en colorida floración.
4 – Pescado fresco: un must, en un entorno con semejante riqueza marina
¿Qué sería de una escapada sin probar los manjares locales? Admitimos que en las islas es muy difícil elegir entre tanta variedad, pero te proponemos que des un salto a La Graciosa y disfrutes de sus 27 kilómetros cuadrados de paraíso virgen. Estando en el Archipiélago Chinijo, pocos acontecimientos gastronómicos pueden competir con una bandeja de pescado fresco, en una terraza al mar en Caleta del Sebo. No olvides el bañador porque la visita a La Graciosa es una experiencia sensorial completa.
5 – Conviértete en un lobo de mar
Quizá eches de menos el mar y quieras surcar las olas en tu estancia en Lanzarote. Nada hay más fácil en una isla atlántica. Si eres “marinero en tierra”, toma un catamarán que te lleve a conocer el impresionante litoral volcánico o conoce los fondos marinos en submarino. Si lo tuyo es la acción, prueba tus habilidades con un kayak o toma clases de windsurfing en Las Cucharas (Costa Teguise), uno de los mejores spots del mundo. Nada está escrito en tus vacaciones exprés en la Isla del disfrute náutico para todos los niveles.
6 – Mercadillo entre piedras con historia
El domingo es el día de socialización por excelencia y en Lanzarote lo hacemos en torno a los puestos del mercadillo de La Villa de Teguise. Nos calzamos zapatillas adecuadas para trotar a gusto en el empedrado de las calles de su casco histórico artístico y aprovechamos para comprar botecitos de aloe vera, quesos artesanales y puede que hasta una pieza de arte. Después, hay que comer en alguna de las tabernas típicas del pueblo o quizá desplazarnos hasta la Casa-Museo del Campesino, a pocos kilómetros, en San Bartolomé, para probar los platos tradicionales de la Isla al ritmo de los grupos folclóricos que amenizan la velada.
7 – Arrecife: compras y paseo marinero
La capital de nuestro paraíso es, desde mediados del siglo XIX, Arrecife, una ciudad tranquila, aunque populosa, con una de las marinas más espectaculares de Canarias. Que es marinera salta a la vista en cada callejuela en torno al Charco de San Ginés, la ensenada que sirve de lugar de encuentro a los vecinos. Un plan perfecto para tomarle el pulso a la ciudad es recorrer la Calle Real, la avenida marítima o la Plazuela, entrando y saliendo de sus comercios y restaurantes, tomando algo en una terraza o en el bar de la planta 17 del Arrecife Gran Hotel, con una espectacular panorámica de 360 grados sobre la capital y su bahía.
8 – El litoral en bici
Te proponemos un plan muy sano para descubrir la Isla esta Semana Santa: subirse a la bici y adentrarse en uno de los carriles habilitados que atraviesan la geografía lanzaroteña. Si vienes en familia, el carril costero es perfecto, con sus 26 kilómetros que lo convierten en el más largo de Europa. Puedes recorrerlo sin dejar de pedalear de Costa Teguise a Puerto Calero, disfrutando de la vista en Arrecife, de las Salinas de Puerto Naos o el Castillo de San José… O puedes tomarte un respiro frente al mar en una terraza de Las Caletas, La Concha, Playa Honda o Puerto del Carmen y darte un chapuzón antes de seguir ruta. No olvides hacer una parada a la altura del aeropuerto, cuya pista corre en paralelo al carril bici. Podrás mezclarte con aficionados a la fotografía de aviones (spotters) de todo el mundo, que se apostan para conseguir imágenes únicas de las aeronaves sobrevolando sus cabezas.
9 – La Galería de sueños de Carmela García
Si te interesa el arte, hasta finales de mayo tienes la oportunidad de conocer la obra de la lanzaroteña Carmela García, una de las fotógrafas con mayor proyección del panorama nacional. El Museo de Arte Contemporáneo Castillo de San José acoge la muestra Galería de sueños, una exquisita selección de los trabajos que la artista ha realizado en torno a las genealogías femeninas. No te vayas sin visitar la exposición permanente del museo, compuesta en buena parte por obras de la colección personal de Manrique. Permítenos, por último, una sugerencia: no hay mejor forma de terminar la mañana cultural que degustando uno de los platos de la carta del restaurante, recomendada en la Guía Repsol, con vistas excepcionales al puerto de Arrecife.
10 – Paisajes de otro mundo
Si de verdad quieres imbuirte de la energía lanzaroteña, sigue alguno de los senderos que serpentean sus extraños y bellísimos espacios: el de Yé a Guinate, a lo largo de los acantilados de Famara con vistas a la costa; a través de Tinguatón, por el Parque Natural de los Volcanes; de El Golfo al Charco de los Clicos, la laguna verde que inspiró a Almodóvar Los abrazos rotos; y, por supuesto, Caldera Blanca, una caminata segura y señalizada por la lava, especialmente indicada si viajas con niños. Al acabar el paseo comprenderás por qué Lanzarote fue la primera isla declarada en su totalidad Reserva de la Biosfera por la UNESCO.