Vendimia en La Geria: un festín para los sentidos
La vendimia del Paisaje Protegido de La Geria es la primera de todo el hemisferio norte por sus especiales condiciones climáticas. Si estás este verano en Lanzarote, te proponemos siete planes que incluyen a esta zona vitivinícola, una de las más espectaculares del mundo.
1. Ruta por los pueblos de interior
La visita a La Geria nos da la oportunidad de detenernos en algunos de los tranquilos pueblos del interior de la isla. Esta excepcional zona de viñedos se extiende por 5.255 hectáreas y cinco municipios, e incluyen poblaciones rurales como Masdache, Vega de Tegoyo, La Asomada, Conil, Mozaga o El Islote. La mejor forma de descubrir el entorno es perderse por los caminos de Montaña Blanca, Tinasoria, Masdache, El Cabezo o Juan Bello y visitar las pequeñas bodegas familiares, guardianas de los métodos tradicionales de producción del vino.
2. Visita a la ermita de La Caridad
Merece la pena acercarse en este paseo a la ermita de La Caridad, que data de 1706 y es una muestra de la arquitectura tradicional de Lanzarote con su nave única y techumbre a cuatro aguas. El edificio fue sepultado por piroclastos en la erupción de la Caldera de los Cuervos en 1730, pero no sufrió daños. Esto fue considerado por los fieles un milagro de la Virgen de la Caridad, que desde entonces es la patrona de La Geria. Este mes de agosto se celebra su festividad y quizá tropieces con algún tenderete improvisado en el que no falten timples y cantadores.
3. Pisado de uva en el lagar
Puede que estemos en la vendimia más emocionante del mundo. También en la primera de todo el hemisferio norte, por las condiciones climatológicas de La Geria. Así que, si estás en Lanzarote en agosto, te proponemos que participes en la vendimia. Algunas bodegas invitan a pisar la uva en el lagar a la manera tradicional. Estamos seguros de que así entenderás el trabajo heroico que supone nuestra viticultura. Se requiere un estricto mantenimiento de las paredes que resguardan los hoyos (enarenados) del viento, un podado delicado y la constante supervisión de las condiciones de humedad que aporta el manto de lapilli (ceniza volcánica). Todo ello, sin ayuda de maquinaria, que dañaría el paisaje. No te pierdas la experiencia.
4. Vino y enyesque frente al volcán
Después del trabajo hay que recuperar fuerzas y nada mejor que recalar en alguna de las bodegas que ofrecen enyesques (aperitivos o tapas) a base de quesos, higos, papas carne de cabra, garbanzas o cochino en adobo. Verás que estos productos saben mejor frente al volcán y maridados con los vinos magmáticos de Lanzarote. Esta experiencia es única en Bodegas La Geria, con vistas al impresionante paisaje de viñedos y volcanes.
5. Capricho gourmet
Si eres un avezado en el mundo de la enología, la bodega El Grifo propone una degustación de vinos volcánicos dirigida por sus expertos. Podrás conocer de primera mano las distintas variedades que se dan en La Geria y que se están vendimiando desde julio, empezando por listán negro y siguiendo por malvasía volcánica, listán blanca, negra mulata, diego y moscatel de Alejandría, de acuerdo a su punto de maduración. La originalidad de los caldos lanzaroteños los ha hecho merecedores de numerosos premios internacionales y muchas de las etiquetas de la Denominación de Origen ‘Vinos de Lanzarote’ están presentes en las cartas de los mejores restaurantes del mundo.
6. Inmersión en la cultura del vino
Ahora que ya has probado los vinos de La Geria, es posible que quieras saber más de su viticultura, que es un símbolo de la resiliencia del campesino lanzaroteño para sacar fruto de un terreno arrasado por la lava. Existen muchos rincones donde puedes trasladarte con la imaginación a esta época. En el Museo de Bodegas El Grifo se conserva un lagar cubierto del año 1775 y la casa solariega de lo que fue el Cortijo de La Geria, ha sido recuperada por Bodegas Rubicón y muestra sus estancias tal y como debieron de lucir en su época de esplendor. En un cruce de caminos en el centro de la isla se erige, asimismo, la Casa Museo del Campesino, obra de César Manrique que supone un homenaje a la arquitectura, la agricultura, la artesanía y la gastronomía tradicionales.
7. Compartir la experiencia
Una de las ventajas de haber sido un campesino más en La Geria es que puedes revivir el recuerdo, no importa lo lejos que estés. Si quieres ilustrar a tus amigos y amigas sobre los conocimientos adquiridos, hazte con algunas botellas de los caldos que más te hayan emocionado. Puedes hacerlo en las propias bodegas, en la Casa Museo del Campesino o en el aeropuerto. No temas por el trajín del viaje porque las botellas se protegen con envases adecuados. Piensa que no es tarea fácil encontrarlas fuera de la isla porque a los isleños nos gustan tanto nuestros vinos que consumimos casi la mitad de la discreta producción anual. Es verdad que tienes otra posibilidad: volver pronto a por tu malvasía favorito.